Magnífica Burdeos

9/02/2016 04:27:00 a. m.

Tuve la intuición de no entrar a Burdeos las miles de veces que pasé a sus puertas por la A63, me imaginaba que no era una ciudad para entrar simplemente a tomar un café o a dormir una noche. Y no me equivoqué : Burdeos es una ciudad que merece una atención especial y es sin duda un destino en sí misma. No en vano ha sido galardonada como la Best European Destination en 2015 compitiendo con las grandes, y no me extraña. Me ha parecido una ciudad sorprendente no sólo por su historia y por su típica fisonomía francesa, sino por cómo se ha ensamblado con la modernidad.

En Le Mirroir

Porque si hay algo que llama la atención de esta ciudad es su vivacidad, y la manera tan delicada con la que  ha ido agregando señas de los tiempos que corren con una armonía y elegancia dignas de destacar porque cualquier intervención en la ciudad se convierte en un elemento vivo que completa su contundente base urbanística del SXVIII.

El tranvía es la seña fundamental. Porque más allá de las instalaciones artísticas que van dando pinceladas del tiempo moderno, el tranvía es un servicio público que hace la ciudad más amable y la comunica con el extrarradio en el proyecto de construir esa "grand Bordeaux" que la lleve al millón de habitantes, y que evidentemente  la harán recibir más dinero de los gobiernos nacionales.


En ésto fue fundamental la convicción de su alcalde Alain Juppé, ex primer ministro de Francia , para reintroducir el Tram. Él acometió una reestructuración del centro por la que se lo recordará siempre que llevaba la puesta en marcha de tres líneas de tranvía que hoy alcanzan 58kms de recorrido.

Por otro lado Le Mirroir se ha convertido en el símbolo de la ciudad , y es una obra del siglo XXI que no hace más que reflejar en su agua uno de los lugares más hermosos de la ciudad: La Plaza de la Bolsa. Es una obra de fontanería, arquitectura y urbanismo, que no sólo funciona como instalación artística sino como punto de encuentro y divertimento de los "bordelaises" y de los turistas. Es también un punto de divertimento de verano de niños y paseantes que pasan horas y horas jugando con el agua.

Y es que "Bordeaux" es una ciudad que como su nombre indica "está al borde del agua", que el agua es parte integrante de su esencia y de sus entrañas, porque no es que el río Garona esté la borde de Burdeos, sino que el Garona es la esencia misma de la ciudad. Aporta ese espíritu ribereño que casi es como si estuviera al borde del mar, es que dicen los nativos que el olor a sal se siente al borde del Garonne , un río ancho y larguísimo que es casi una lengua del océano atlántico que se ha metido en la ciudad.

El agua y el río dan a esta urbe su espíritu vivo: recogen el espíritu de las mareas, están pendientes de ellas y saben cómo influirá en su estado de ánimo. Ese pellizco atlántico lo viven también en sus Quais que en verano todos los días les sorprende con un crucero fluvial amarrado en su orilla estremeciendo un poco las proporciones de la ciudad.

Un crucero fluvial amarrado en el Quai Norte

La alabadísima labor de su alcalde, Alain Juppé , ex primer ministro de Francia, y "maitre" de Burdeos desde hace casi 20 años, ha dado a la ciudad un vuelco que aplauden propios y extraños. Y una de esas acciones ha sido la de ir adecentando e incorporando la ribera a la elegancia que se merece Burdeos. Es así que la modernidad va teniendo cabida hacia el norte del río, incorporado esa impronta portuaria a usos cotidianos o comerciales que se coronará en el 2016 con la inauguración  del Museo de la Ciudad de las civilizaciones del Vino, un curioso y vanguardísta edificio que está un poco más allá del ya sonado puente  Chaban-Delmas, y que recoge nada menos que otro de los toques de distinción de Burdeos: el vino.

Las obras del futuro Museo que se abrirá en 2016

Y no podía ser menos , el Vino es otro de los dueños y señores de esta ciudad, una ciudad culta y refinada, capital de una región que se expande en viñedos hacia el Atlántico y hacia el interior que convierten a Burdeos en una de las denominaciones más prestigiosas de Francia. Esa impronta se respira por doquier: caminar por las callecitas del centro histórico es una invitación permanente a hacer una inmersión en su cultura vitivinícula y a empezar a entender las diferencias entre un Medoc o Saint Emilion, o probar si los blancos que producen son equiparables a las bonanzas de sus tintos.

Si Paris bien vale una misa, Burdeos merece más tinta, y muchas más líneas en las que os iremos contando las delicias de esta ciudad reina del sur de Francia.

Para alojarte te recomiendo el fantástico Yndo Hotel que patrocinó mi estancia en Burdeos.

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1 comentarios

  1. ¡Nos alegramos de tu visita a Burdeos! Esperamos leer tus próximos artículos sobre la ciudad. Saludos desde Turismo de Francia.

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